lunes, 17 de noviembre de 2008

Obedezco porque quiero


Cuando obedecemos aprendemos, mejoramos, somos más útiles, a la par que fortalecemos nuestra voluntad y nos hacemos personas de carácter. Los débiles y los indecisos son incapaces de obedecer bien. Cada uno de nosotros a de obedecer como hijo, como ciudadano, como alumno, como jugador, etc. Con la obediencia damos muchas alegrías a nuestros padre y profesores.

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